Fecha de publicación: Aug 02, 2016 1:33:43 PM
Hackers que encriptan archivos y luego piden rescate; casas inteligentes bloqueadas por cibercriminales y sistemas remotos que secuestran dinero desde los celulares. Todo eso ya está ocurriendo en el entorno digital. Y en los próximos años podría intensificarse si no se toman medidas adecuadas para frenar el avance de este tipo de delitos. De acuerdo con el último informe de PandaLabs, surgieron 18 millones de nuevos malware en el último semestre. Y el tipo de ataque que lideró el ranking es el ransomware, también conocido como cibersecuestro de datos. En estos casos, un software malicioso ingresa al equipo y, por lo general, encripta los archivos. Luego le llega un mail, llamada o SMS al usuario avisándole que para recuperar la información tiene que pagar un determinado rescate. A veces, para incrementar la paranoia de la víctima, junto con el pedido de rescate, los cibercriminales envían los datos de ip de conexión, el nombre del servidor de internet y hasta una foto del hogar tomada desde la webcam.
Todo en la nube
Se almacenan fotos y archivos en Google Drive; los sitios de las empresas se usan para compartir información entre los empleados; se utilizan diversos sistemas de mensajería para pasar datos y en el marco de Internet de las Cosas (IoT), los dispositivos también quedan vinculados en la nube cibernética. Esta interconectividad, si bien facilita muchos aspectos, también abre nuevas puertas y ventanas de ingreso para la invasión de malware. 'En la nube se reúne gran cantidad de datos y es cierto que cualquier lugar que tiene un ip puede ser accedido. Se puede entrar a todo hackeando al usuario o al servidor donde está la información', advierte Carlos Aramburu, gerente para Latinoamérica de Intel Security. Uno de los grandes desafíos de IoT será desarrollar mecanismos para minimizar la vulnerabilidad a la que está expuesta al información. De acuerdo con datos de la consultora Gartner, hacia fin de año ya habrá 6.400 millones de dispositivos de este tipo conectados (un 30% más que en 2015) y, en 2020, el 25% de los ataques que sufrirán las compañías estarán relacionados a estos equipos. El hecho de que los smartphones se hayan convertido en pequeñas centrales operativas desde donde controlar todo, también implica un mayor riesgo. Quien ingrese al celular podría tener no sólo todo tipo de información personal del usuario sino que, en caso de que se tengan aplicaciones vinculadas a tarjetas de crédito, el hacker tendrá también, a su disposición, una caja virtual totalmente disponible para su uso y abuso. En el caso del ransomware, para poder proteger los equipos (tanto PC, como tablets o celulares) hay que mantener el sistema operativo actualizado; instalar un antivirus efectivo y tomar medidas de precaución como evitar abrir archivos de remitente desconocido y no entrar en páginas que no sean seguras, recomienda Aramburu. Google realiza, con frecuencia, actualizaciones para solucionar los problemas de seguridad en su sistema. Pero más allá de esto, igual resulta difícil blindar por completo su ecosistema.
Fuente: Diario de Cuyo